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LAS COSAS BUENAS QUE NOS PASAN TAMBIÉN DEBEN SER DESTACADAS
Hace unos días estaba en una reunión con un grupo de amigos empresarios y escuchaba a uno de ellos que muy preocupado nos hablaba de los riesgos que enfrentaba en el 2012 la economía de nuestro país debido a la recesión que estaba viviendo Europa, EE.UU. y gran par del mundo.
Los que allí estábamos, sabíamos que a nuestro amigo en el 2011 le había ido espectacular y que su empresa siguió creciendo por encima del mercado, a pesar de la crisis internacionales. En ningún momento lo escuché contar las cosas buenas que le habían pasado y cómo su negocio se había fortalecido; estaba dando más empleo y tenía más y mejores clientes.
La comunicación está permanentemente presente en nuestras vidas. Despertamos y dormimos escuchando o viendo los noticieros o programas de entrevistas. En estos, los conductores, entrevistados y entrevistadores, conversan sobre diversos temas, entre los más frecuentes: política, industria, seguridad, negocios. Dentro de la pluralidad de opiniones notamos que el común denominador es cómo se releva lo negativo sobre lo positivo, se profundiza en el problema y no en la solución, se privilegian las historias de fracasos por encima de las de éxito. La suma de esto nos podría llevar a percibir equivocadamente que en nuestro país solo pasan cosas malas.
Para que esto cambie, se requiere un cambio de enfoque y actitud en todos nosotros al momento de expresarnos. Este cambio debe darse desde lo cotidiano a lo masivo. Si cada uno de nosotros y los líderes de nuestro país, nos proponemos compartir con los demás y resaltar las cosas buenas que nos pasan, podríamos comentar una cadena que nos permita convencer a muchos que en el Perú se vive un nuevo momento y que hay oportunidades para todos los que tienen buenas ideas y ganas de ponerlas en marcha. Así podríamos tener en el corto plazo muchas más historias de éxito que contar y muchas más razones para sentirnos orgullosos de nuestro Perú.
